La pasada semana celebramos una nueva edición de Improciencia ¡y ya van 10 años! El evento que organiza CIBER (Centro de Investigación Biomédica en Red) y en el que estamos muy contentos de colaborar un año más para acercar la investigación en biomedicina que se realiza en nuestro país a la gente de una manera distinta —con humor, cercanía y corazón—. Diez años desde que, en 2015, dimos nuestros primeros pasos combinando la improvisación teatral con la divulgación científica. Ha sido una aventura increíble: cada edición, cada espectáculo, cada conversación con investigadores, estudiantes o público general nos ha enseñado algo nuevo.
La gente de CIBER nos propuso un interesante reto desde el principio: ayudar a difundir la biomedicina para que la ciencia no se quede encerrada en los laboratorios, sino que llegue a las personas que más pueden beneficiarse de entenderla. Queremos que la investigación biomédica deje de ser solo para expertos, y se convierta en una parte de nuestra conversación cotidiana.

Este año, dentro de las actividades Semana de la Ciencia en Cataluña, y bajo el lema «Envellir amb sentit (de l’humor)» (Envejecer con senido (del humor)), fuimos al Instituto de Investigación Sant Pau en Barcelona, donde tuvimos una jornada para conocer los interesantes proyectos que se están realizando en los distintos centros CIBER y reflexionar sobre el envejecimiento desde una perspectiva muy humana. Fueron momentos muy emotivos y significativos.
Gracias a la impro abrimos un puente a tener cercanía y eso permitió poner en escena preguntas profundas con calidez y ligereza: haceimos que temas complejos como la salud, el paso del tiempo y la biomedicina resultaran accesibles y cercanos.
Para terminar, queremos agradecer de todo corazón al CIBER, que desde hace tiempo ha confiado en nosotros. Su visión y apoyo ha sido fundamental para que podamos mantener esta iniciativa viva y creciendo. Es un privilegio colaborar con una red tan sólida de investigación biomédica para llevar ciencia de calidad a públicos de muy diversos perfiles. Mirando atrás en estos diez años, nos sentimos agradecidos, orgullosos y con mucha energía para seguir adelante. Hemos aprendido que el teatro de improvisación y la ciencia forman un dúo muy poderoso: permite vulnerabilidad, permite preguntas, permite reír mientras pensamos en investigaciones reales, en células, en fármacos, en salud.
De muchas ediciones de Improciencia nos quedamos con los encuentros con estudiantes. Nos apasiona ver cómo jóvenes en colegios o universidades se sorprenden, preguntan, se emocionan y, sobre todo, se motivan para pensar en la biomedicina como algo vivo, como algo que construimos entre todos. Creemos firmemente que fomentar esa curiosidad científica hoy es sembrar para el futuro.
Para nosotros, Improciencia no es solo un evento: es un puente. Un puente entre la ciencia que se investiga en los laboratorios y las personas que queremos comprenderla, valorarla y participar de ella. Es un espacio seguro para explorar, para conversar, para emocionarse y para aprender. Así que, gracias: a quienes han asistido, a los investigadores que han colaborado, a los estudiantes que se han acercado, y a quienes han apoyado este proyecto desde sus inicios. ¡Brindemos por otros diez años de Improciencia, de biomedicina y de risas compartidas!


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